FUERZAS NAVALES IMPERIALES RONDAN LAS ISLAS DEL CARIBE

Share with:


Por Jesús Dávila

En momentos en que las islas ya sufren más de la mitad de las muertes registradas en toda la cuenca caribeña por la pandemia, fuerzas aeronavales de Francia, Holanda, Inglaterra y Estados Unidos rondan el Caribe y aunque las primeras cumplen misiones salubristas, las naves estadounidenses tienen objetivos bélicos.

De hecho, mientras el Reino de los Países Bajos y Francia se concentran en enviar medicinas, hospitales móviles y otros suministros médicos, Washington se ufana en proclamar que el incremento de su presencia aeronaval en la región busca enfrentar al Gobierno de Venezuela.

La acción estadounidense es, sin embargo, cónsona con el borrador de plan para atender una pandemia como la que tenemos ahora, preparado en enero de 2017 en el Comando Norte de las Fuerzas Armadas de EEUU y firmado por la general Lory J. Robinson, de la Fuerza Aérea.

El documento, obtenido por la revista The Nation, es tan específico en las operaciones de las fuerzas armadas durante la pandemia entonces esperada, que incluye no sólo la importancia de misiones militares que apuntalen el dominio estadounidense en el mundo, sino que llega a explicar la necesidad de influir en los medios de noticias y hasta en delinear lo que debe ser el trabajo pastoral de las instituciones religiosas.

A pesar de ser escenario de la renovada actividad naval bélica de EEUU, las islas caribeñas tienen en este momento otros asuntos para atender y que aparentan ser bastante más urgentes.Las islas siguen con sobre el 40 por ciento de los casos reportados de contagio de COVID-19 en toda la cuenca y, ahora, han acumulado el 50,1 por ciento de los muertos.

Las cifras totales son pequeñas al compararse con la emergencia a nivel mundial, pero resulta preocupante la tendencia de aceleración más rápida que la de las naciones de Sur América y Centroamérica que tienen riberas caribeñas.En término de contagios, según las cifras oficiales al cierre de esta crónica, la cuenca del Caribe completa -los países del continente sur, Centroamérica, la península de Yucatán y las islas- tenían registrados 8.675 contagios.

De esos, 3.594 correspondían a las islas y 5.081 a los países de tierra firme. En cuanto a los fallecimientos, la proporción se ha invertido y las islas tenían 158, en tanto que en el resto de la cuenca eran 157.El nivel de mortandad para toda la región era de 3,6 por ciento, pero para las islas ya había llegado a 4,4 por ciento.Los cuatro países con más muertes eran República Dominicana con 86, Panamá con 55, Colombia con 46 y Puerto Rico con 21.

En general, la propagación de la enfermedad se sigue concentrando en las Antillas Mayores, que ya tiene el 77,5 por ciento de los casos registrados. De esos, 1.828 son de República Dominicana, 513 de Puerto Rico, Cuba con 363, en Jamaica 59 y 24 en Haití.De las Antillas Menores, las principales son las islas francesas de Martinica y Guadalupe, con 151 y 139 respectivamente, y Trinidad-Tobago, con 105. 

En las islas holandesas, Aruba tenía 71 casos, Curazao 13, otras dependencias isleñas 2 y la parte holandesa de San Martin había acumulado 37 casos y seis muertes.Fue a esa última a donde llegó el domingo el avión Globemaster C-17 de la OTAN, enviado por Holanda, con dos unidades de cuidado intensivo.

Las unidades están completamente equipadas, son autónomas y móviles.Para las Antillas francesas y la Guayana francesa, se espera en los próximos días la llegada del barco LHD Dixmude, que forma parte de la “Operación Resiliencia”, con la que Francia está enviando barcos de su armada a Córcega, las islas del Océano Índico y el Caribe, para atender el COVID-19.

El Dixmude tiene un hospital de 69 camas que puede añadir 50 más, helicópteros, siete unidades de tratamiento intensivo, una gran cantidad de suministros y un contingente médico del Segundo Regimiento de Dragones.Gran Bretaña, por su parte, ha enviado al Caribe al RFA Argus, que, aunque es un barco artillado, tiene a bordo un hospital naval de 70 camas.

El Argus tiene la doble misión de ayudar a los territorios británicos de ultramar y permanecer en el Caribe como recurso de socorro para la temporada de huracanes.En Washington, la Casa Blanca tiene prioridades navales distintas y se ha enviado de vuelta al Caribe al USS Detroit, un buque de guerra de litoral con misiles para asediar cerca de las aguas territoriales de Venezuela, cuyo gobierno EEUU quiere abiertamente derrocar.

No se han hecho públicas las otras naves enviadas, pero los informes de la presidencia de EEUU es que se está duplicando la fuerza naval enviada a la zona.El informe del Comando Norte de 2017 es particularmente claro y revelador en cuanto al punto de vista sobre los peligros estratégicos para la hegemonía estadounidense debido a la pandemia.Según los planificadores militares, se puede anticipar “competencia global” por recursos escasos, en particular los que tienen que ver con suministros médicos para combatir la enfermedad.

Además, se anticipa una posible reducción marcada de mano de obra disponible a nivel mundial, todo lo cual podría tener impacto grave en el sistema que ha estructurado EEUU, no solo a nivel internacional, sino inclusive internamente en su propio territorio.“La prevalencia de enfermedad significativa unida con la inestabilidad -dice el informe- puede resultar en que se reduzcan las capacidades de seguridad (de EEUU), lo que provea oportunidad para conflicto militar internacional, incremento en la actividad terrorista, agitación interna, colapso político o hasta económico, crisis humanitaria y cambio social”.

La preocupación por la salud imperial por sobre la salud física de la gente ha acompañado la historia de la humanidad por miles de años, como cuando ante el desastre de la peste que asoló Atenas apenas a dos años de iniciada la Guerra del Peloponeso, los atenienses insistieron en su combate contra Esparta, que de todas maneras perdieron.

Be the first to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo no será publicada.


*