
Por: Luis toro Goyco
Co-portavoz Movimiento Diálogo Soberanista
Con el dicho que sirve de título a este escrito expresa nuestro jíbaro, en su inmensa sabiduría, la máxima de que: “La historia no se repite”. Sin embargo, tenemos que reconocer que en el acontecer humano se producen situaciones que guardan tal semejanza con situaciones producidas en el pasado que nos dan la impresión de que la historia se está repitiendo. Tal semejanza guarda la situación que atravesaba nuestro pueblo en 1938, cuando nació el Partido Popular Democrático(PPD), con la que atraviesa en este momento.
En 1938 nuestro pueblo atravesaba por una grave crisis económica y social, de pobreza extrema y hambre, bajísimo nivel de alfabetización, carencia de servicios adecuados de salud, educación y seguridad pública, gran parte de la población viviendo en arrabales y viviendas inadecuadas, sin un salario razonable que le permitiera una existencia digna. En el forcejeo para superar esa situación, nuestra clase obrera tuvo que desafiliarse de la Federación Libre de Trabajadores, cuyo liderato, junto con el del gobierno colonial de la Coalición anexionista, del que era parte, se entregó a los grandes intereses azucareros estadounidenses y tuvo que crear su propio sindicato, dirigido por hijos de su clase. El Partido Nacionalista, que desde 1922 había sido organizado por un sector del independentismo, bajo la dirección del Dr. Pedro Albizu Campos. radicalizó su lucha por la defensa de los valores patrios y por la independencia de Puerto Rico. Las las grandes masas hambrientas y desposeídas le entregaron su confianza al PPD que, liderado por otros sectores independentistas y autonomistas, bajo la promesa de pan, tierra y libertad, repudiaba la miseria existente y, junto a la descolonización, promovía un agresivo programa de justicia social.
Aquel PPD no defraudó a las masas desposeídas en el ámbito de la justicia social, pero pospuso el problema medular, asido a la caricatura de un gobierno propio, el ela.
Ochenta años después, atravesamos por una recesión desde 2006, la miseria y el deterioro de los servicios son comparables con los de aquella época, la corrupción corroe una administración gubernamental ineficiente, en manos de los herederos de la Coalición de 1938 y el ela ha sido desenmascarado como un embeleco colonial hasta por el gobierno de Estados Unidos y rechazado por la mayoría de nuestro pueblo.
Curiosamente, la historia pone al PPD en una situación parecida a la que enfrentó en 1940. Sabemos que el PPD de hoy no es el mismo de ayer, que enfrenta una primaria por su candidatura a la gobernación, que todavía carga con una facción inmovilista que favorece ese ela colonial, encabezada principalmente por Eduardo Bathia, tan parecido a los candidatos PNP, quien como ellos favorece la privatización de la educación y la AEE. Pero, también sabemos que, ha desarrollado una sólida facción soberanista, que encabeza Carmen “Yulín”, quien defiende la educación pública, el ambiente y el patrimonio público de la AEE y la UPR. Delgado oscila entre ambos. En el 2012 un 52% de sus miembros favoreció el ela colonial depositando en blanco la hoja de votación de la segunda pregunta y un 48% votó por un ELA Soberano. ¿Qué ha pasado desde entonces? En la primaria veremos.
Es evidente que la historia le está brindando al PPD una segunda oportunidad de encaminar el proceso para la solución del estatus de Puerto Rico que dejó pendiente en la década del 40. Si vota por Bathia o Delgado pierde las elecciones y seguiremos en la colonia, pero si escoge a “Yulín” tendrá la oportunidad de ganar las elecciones y cumplir su promesa.
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